España, 2019. Colectivo formado por quince de los mejores floristas de Madrid unidos para promover y divulgar la cultura de la flor, humanizando de paso la ciudad a golpe de sorpresas florales. Una vez al mes los Flor Motion dejan sus trabajos diarios y se reúnen para interpretar cada uno a su manera una misma flor. El resultado es un maravilloso proyecto fotográfico y una serie de ramos que, al día siguiente, son abandonados de forma anónima por toda la ciudad. Además, ejecutan acciones de #guerrillafloral –creando instalaciones improvisadas en plena calle-, defienden la belleza de la naturaleza más campestre, reutilizan materiales… Su filosofía podría resumirse en uno de sus populares hashtags: #masflorporfavor

EE.UU., 1978. Lo viejo y lo nuevo. La naturaleza como medio purificador para empezar de cero. La alegría que reside en la belleza. Muchas son las inquietudes que pueblan la mente de esta artista americana que revolucionó el mundo de las instalaciones florales con su ya mítica “The Flower House”. En ella convocó a decenas de artistas florales para llenar de naturaleza una casa abandonada de las muchas que tristemente caracterizan las calles de su deprimida ciudad, Detroit. Más de 100.000 flores y plantas invadieron aquella casa, convertida en un canto a la renovación y a la botánica.

Entre los compromisos vitales de Waud se encuentran dar accesibilidad total en sus proyectos, hacer participar siempre a público y colaboradores (más allá de la clásica imagen del artista que trabaja en soledad) y celebrar la belleza de los colectivos olvidados y marginales. Su mirada sobre la naturaleza tiene mucho que contarnos: solo hay que dejar que nos hable.

Australia, 1988. Formada como florista en Sydney y Nueva York, la australiana Ruby Barber lleva el arte en las venas y en su propia geografía sentimental: abrió su primer estudio bajo el nombre Mary Lennox en el edificio donde antes estuvo el primer estudio de su padre, fotógrafo, y la primera galería de su madre, artista contemporánea. Para redondear la magia, dicho edificio se encontraba entre las calle Mary y Lennox, y Mary Lennox es la protagonista de su libro favorito de la infancia, El jardín secreto, uno de los grandes clásicos de la literatura infantil inglesa y un canto a la fuerza de la naturaleza.

Años más tarde Barber se trasladó a Berlín, donde ha logrado convertirse en una de las artistas florales más conocidas y respetadas de la actualidad. El dominio de las gamas cromáticas, su estilo romántico y el uso de plantas y flores poco usuales en arte floral han convertido su sello en una manera muy personal de mirar a la naturaleza.

Tailandia, 2013. PHKA es un estudio multidisciplinar formado por quince miembros que trata de establecer un puente entre el diseño de espacios y las instalaciones florales y botánicas, con la intención de crear nuevas percepciones de los lugares en los que trabajan. Para ellos, las flores no decoran: subrayan y reinventan los espacios en los que aparecen. Esto les ha llevado a crear obras tan icónicas como “Abandoned One”, en la que tapizaron la fachada de un night-club tailandés con miles de anthuriums, o “Blooming Tune”, instalación floral cinética en la que las notas de una obra musical se transformaban en un baile de flores.

Fundado en 2013 por los arquitectos Tul Chompaisal y Vissata Duangwongsri, ambos nacidos en Bangkok en 1987, en la actualidad PHKA diseña ochenta proyectos al año aproximadamente. Sus obras se alejan de la imagen estereotipada de la Tailandia floral: más allá del color y el exotismo, PHKA apuesta por las nuevas formas.

Francia, 1969. Florista desde 1987, Boutemy se dio a conocer a escala internacional tras su trabajo en María Antonieta, la película dirigida por Sofia Coppola en 2006. Hoy, asentado en Bruselas, es un nombre clave en el mundo de la moda, el cine, el arte, las bodas y los eventos más exclusivos. Su faceta más artística, la que veremos en FLORA, se aleja radicalmente de las tendencias de moda o lo sofisticado: a la manera de un naturalista, el francés juega a colocar las flores y plantas con las que trabaja tal y como las encuentra en su hábitat, salvajes e indomables.

Desfiles míticos de Lanvin, las fachadas de la chocolatería belga Pierre Marcolini o eventos públicos y privados de Inditex llevan también su inconfundible sello, que bebe de sus recuerdos infantiles en el norte de Francia. En todos sus trabajos trata de no traicionar la espontaneidad que reside en la naturaleza y de huir de la rigidez, pero no confundamos nada de esto con el azar: solo un dominio pleno de la técnica le permite crear instalaciones tan libres y emocionantes.