Isabel Marías | Mi propio Nirvana
Marías recrea su idea personal del paraíso, alejada del clásico vergel: un onírico jardín de inspiración extraterrestre, con guiños al fauvismo. El poder de la belleza llevado hasta su último extremo (¿no es eso acaso una flor?). Un festín visual. El reino de los sentidos. El acristalado patio del Museo Taurino nos recuerda por un momento a aquellos viejos fanales de flores que decoran los sueños de los más nostálgicos. Una invitación a soñar despierto que sabemos dónde empieza, pero no hasta dónde puede llevarnos: a otro planeta, seguramente