Flowgardenz | Célula
En un juego de escalas que pone al ser humano en segundo plano y a la naturaleza en primero, Flowgardenz nos invita a sumergirnos en el interior de una célula vegetal para provocarnos un sentimiento de insignificancia frente a la grandeza de esa realidad microscópica. Que no te engañe la belleza de los cloroplastos o las mitocondrias: los artistas no quieren explorar aquí las plantas como objetos hermosos, sino como increíbles formas de vida con mecanismos únicos de supervivencia y comunicación.
La instalación no oculta su estructura, diseñada para ser parte integral de la obra, reflejo del proceso continuo y dinámico que ocurre dentro de una célula viva: andamios a la vista, probetas de agua como metáfora del sofisticado sistema circulatorio de las plantas, mallas de metal que recuerdan la estructura reticular de las células… La estética industrial complementa la belleza orgánica de las flores, una yuxtaposición que resalta la relación simbiótica entre la naturaleza y la intervención humana.
“Al crear una célula vegetal a gran escala con flores cuidadosamente seleccionadas simbolizamos la inteligencia intrincada y a menudo enigmática que reside dentro de estos organismos aparentemente simples.”
(Flowgardenz)