PHKA | Campo estático
Las flores también viajan. O más bien, las hacemos viajar. ¿Cómo vive una flor el paso de su vida “vertical”, anclada a la tierra, hasta ser colocada en horizontal en una instalación artística? Los seres humanos viajamos en busca de un avance, un crecimiento personal; las flores, en cambio, viajan hacia su final, un final que, paradójicamente, pretende mostrarlas en su máximo esplendor: la floración. Como en una fotografía estroboscópica, la instalación de PHKA nos habla del movimiento simulando un tiempo congelado, en un minucioso trabajo de diseño que llena de color el Patio de la Capilla.
“En lugar de contar una historia sobre el viaje de la humanidad, se propone una narración de la vida y el recorrido de las flores cortadas. A lo largo de la vida, crecen, se cortan y se entregan de un lugar al otro para que las personas las utilicen durante su etapa más hermosa, el florecimiento pleno, antes de ser abandonadas. Estos seres efímeros suelen cultivarse y luego llevarse en envoltorios protectores para que se mantengan en sus mejores condiciones y para distribuirlas a lugares concretos. Mientras que el viaje para todas nosotras significa avanzar, experimentar cosas nuevas que nos llevan a crecer de alguna manera, el viaje de las flores cortadas es contradictorio, ya que se transportan de origen a destino pero permanecen igual, se congela el tiempo.
Este tiempo congelado o ‘Estatismo’ se interpreta y visualiza mediante fotografías estroboscópicas de flores en movimiento. La transposición axial representaría el origen con una alineación vertical y el destino con una alineación horizontal. Cada tipo de flores se instalará en grados variantes. A causa de su serenidad y posición como secuencia final, el Patio de la Capilla será el lugar perfecto para escenificar la instalación”.
(PHKA)