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Última modificación 30.09.2024
Cristina Iglesias + Adolfo Schlosser + Chema Lumbreras
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Cristina Iglesias + Adolfo Schlosser + Chema Lumbreras

España

Cristina Iglesias
Habitación vegetal III es una instalación muy representativa dentro de la trayectoria de Cristina Iglesias, caracterizada por un interés centrado en el contraste de materiales y texturas, así como en la relación que las piezas establecen con el espacio que las rodea. Su obra aporta una renovada concepción de la práctica de la escultura, buscando un equilibrio y compromiso poético y simbólico entre las piezas y el espacio. Desde los años noventa, Iglesias desarrolla estancias laberínticas que invitan al espectador a adentrarse en ellas. Las habitaciones vegetales son estancias o pasadizos que deben ser recorridos por el visitante. Al descubrimiento que este recorrido implica, hay que añadir los efectos lumínicos, el horror vacui que determina una proliferación de formas de reminiscencias vegetales y la variedad de texturas de los componentes entre los que se mezclan materiales nobles, como el bronce, junto a resinas o maderas.

Adolfo Schlosser
Austriaco de nacimiento, Adolfo Schlosser se afincó en España a mediados de los años sesenta, donde vivió hasta su muerte y desarrolló su carrera artística a partir del arte conceptual y minimalista. Tras un primer momento de lenguaje geométrico, Schlosser crea un vocabulario propio en estrecha relación con la naturaleza y utiliza la escultura como medio artístico y de experimentación. Investigó con materiales como el plástico, metacrilato, la cuerda o la goma elástica, pero después comenzó a experimentar con materiales orgánicos extraídos directamente de la naturaleza. Espiral es una escultura característica de su trabajo con elementos naturales, buscados y encontrados en la sierra madrileña, donde vivía; una forma de domesticación del paisaje, en la que la rama es sometida a una espiral mantenida con un sistema de sujeción para que la forma permanezca. Una obra sencilla, directa, frágil y contundente en un juego de tensiones.

Chema Lumbreras
La gran técnica dibujística del artista figurativo Chema Lumbreras no solo le permite destacar a través de composiciones en dos dimensiones, sino que también le sirve para generar sus esculturas e instalaciones, siempre bien construidas y definidas. El protagonista de sus trabajos, como se avanzaba arriba, es la figura; en este caso «antropomorfa», ya que en su universo plástico es frecuente encontrar cuerpos cuyas cabezas sean de animales. En su producción se hace evidente el sentido del humor y a la vez el influjo literario. Muchos de estos animales o personas parecen extraídos de cuentos, donde abundan las reducciones de escalas anatómicas, ofreciendo en ciertas obras una especie de homenaje a Lilliput. El artista, no obstante, va más allá de una representación o ilustración inspirada en la obra de Jonathan Swift (1667-1745), sino que utiliza la figura como un recurso irónico desde donde cuestionar la condición del ser humano. Los muñequitos, que podemos observar en la pieza presentada, La rama partida, muestran la fragilidad o inestabilidad, como si se tratara de hojas, frutos, pájaros o insectos pendientes de la flora; se trata de metáforas sobre la condición del hombre, sujeta no sólo a la debilidad del soporte biológico, sino también a los avatares de nuestra condición de seres sociales. En definitiva, “la levedad del ser” (Milan Kundera).