Carvento
Carlos Carvento, nacido en Córdoba, es bailarín profesional de danza clásica y contemporánea y combina su vocación, con el drag y la perfomance. A la edad de 8 años comenzó su formación en danza en el Conservatorio de danza de Córdoba “Luis del Río” posteriormente prosiguió sus estudios universitarios en danza en el Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila” Madrid, obteniendo un gran reconocimiento en su trabajo de fin de carrera Maricón de España.
Durante todo este tiempo ha desarrollado su trabajo dancístico desde un punto de vista activista, dando valor a la diversidad real en la danza, referente tanto en términos teóricos como prácticos, debido a esto y gracias al esfuerzo y años de investigación, ha tenido la oportunidad de trabajar en el programa de residencias de la Compañía Nacional de Danza durante el año 2019, también impartiendo talleres en los teatros del canal junto al bailaor y filósofo Fernando López, colaborando además con el Museo Reina Sofía y los estudiantes del máster de Historia del arte contemporáneo y cultura visual, con la pieza Resistencia expuesta en la sala Richard Serra, durante septiembre de 2018.
Tuvo la oportunidad de colaborar con el artista visual y comisario independiente David Trullo para el Congreso internacional de Geca organizado por la Universidad Complutense de Madrid. Participó también en el festival “Encuentros Concentrados” en Enero de 2019, Sevilla, con un extracto de la obra Maricón de España y en el 2do Contenedor Cultural “Cruza la acera” en Junio de 2019, Málaga, con el extracto de la obra Maricón de España.
Todo esto sumado a su trabajo dentro del activismo andaluz, obteniendo reconocimiento nacional a través de una de sus performance más conocidas, como las de abril de 2019 en la semana santa de Córdoba, titulada Mantilla, donde muchos medios como al revista Shangay periódicos nacionales se hicieron eco de este trabajo.
Actualmente esta en vías de estrenar el espectáculo Maricón de España puesta en valor del movimiento marica, a gran formato, gracias a la acogida que tuvo la pieza piloto, durante el año 18 y 19, además de seguir trabajando día a día por la diversidad de cuerpos e identidades dentro de la danza.